La danza árabe se origina en Egipto, en el año 1200/1300 AC. En esta época, se pensaba que la fertilidad humana se relacionaba con la tierra y a las mujeres, dadoras de vida, se les atribuían poderes mágicos, incluso se realizaban rituales donde las mujeres bailaban desnudas, con predominantes movimientos de cadera y pelvis, donde alababan a Afrodita, la diosa del amor y la fertilidad, en los cuales entraban en “trance” y se “conectaban” con la diosa mientras ésta les transfería sus poderes. Posteriormente, con la aparición del Cristianismo, ésta danza es prohibida por ser considerada pagana y porque su función principal era evocar a una Diosa Mujer, mientras que el Cristianismo instauró el Dios masculino.
Sin embargo los coptos (los cristianos provenientes de Egipto) la siguieron ejecutando de manera oculta, perpetuándola, y mucho tiempo después renace en las mujeres esclavas que fueron las encargadas de popularizarla. Salió así de los templos y comenzó a formar parte de los entretenimientos sociales de la época.
A principios de la Edad Media, la llegada del islamismo volvió a prohibir la danza del vientre hasta hacerla desaparecer. Reaparece a finales del siglo XVIII en los pequeños círculos de esclavas retenidas en palacios de antiguos califatos medievales. Estas esclavas eran el reflejo del poderío del señor feudal. Se cotizaba belleza y las habilidades de canto, baile, poesía y recitación que estas mujeres tenían.
La costumbre de entregarle dinero a las danzarinas también surge en ésta época; se acostumbraba a premiar el talento de la artista con mucho respeto por medio de joyas o monedas, actividad que en la actualidad se sigue realizando. Las bailarinas compartían las celebraciones con magos y encantadores de serpientes, los bailes eran acompañados por unos instrumentos llamados zaggats, que son castañuelas de bronce, o también solían bailar con la espada de algún invitado.
En la historia de la danza del vientre o danza árabe se incorporan también las gawazis, que eran las gitanas egipcias. Ellas conservaban la esencia espiritual y estética de esta actividad (el origen era fenicio – cartaginés), recorrían grandes distancias, leían la borra de café y de las ostras. Esta danza, de igual forma, tenía un alcance popular y compartían la escena con juglares, adivinadores y personajes famosos de la etapa medieval.
Prácticamente todas las mujeres árabes bailan raks báladi, aprenden desde niñas en las fiestas y reuniones familiares, pero son pocas las que se animan a ser profesionales, porque ser bailarina no está bien visto en una sociedad tradicional musulmana.
Bailarina Tribal